sábado, 18 de junio de 2016

Hablemos de hormonas y menopausia

Hoy en día casi ningún tema vinculado al cuerpo y la psiquis de las personas pareciera ser tabú. Sin embargo, muchas mujeres hablamos y sabemos poco de la menopausia, solemos sorprendernos ante los primeros síntomas, nos sentimos desvalorizadas cuando entramos en esta etapa.
Hemos aprendido a hablar sin avergonzarnos acerca de nuestra sexualidad, del deseo, de los gustos y placeres sexuales.
Sin embargo, en una sociedad dominada por el discurso médico y el discurso del capitalismo, el cuerpo femenino se ha convertido en muchos casos en un territorio hegemonizado por éstos y también por el discurso de la ciencia, y muchas personas experimentan una sensación de alienación, de extrañamiento frente a sus propios síntomas corporales.
Cada vez escucho más y más relatos de mujeres que entran en la menopausia de manera "prematura", al menos, según la estadística de la OMS y otras instituciones legitimantes de la norma.
Sabemos que no somos hormonas, no estamos determinadas por el orden biológico, sabemos que somos seres de la lengua y la cultura, pero a la vez, nos cuesta decodificar el lenguaje del cuerpo.
Como ocurre cuando nos toca experimentar algo nuevo, con una sensibilidad agudizada, comenzamos a escuchar y algunas, a padecer, toda clase chistes machistas, destratos en los ámbitos médicos, problemas con nuestras parejas, y una sensación de soledad, en algunos casos, que puede llevar a estados de profunda angustia.

Al parecer, cuestiones ambientales y las características estresantes de la vida actual impacta también en muchas mujeres y en la salud, y la menopausia aparece en torno a los cuarenta con más frecuencia de lo que suponemos.

A su vez, histeroctomías (cirugía de extirpación del útero, que es complet cuando implica también los ovarios); cambios hormonales abruptos, cáncer, abortos involuntarios reiterados, partos que derivan en hemorragias u otras compliciones, celiaquía y muchas otras enfermedades favorecen que el climaterio aparezca en mujeres jóvenes, activas, en plena edad fértil, causándoles una profunda herida narcisista.
No sólo por la pérdida que implica en la vida psíquica el fin de la fertilidad (incluso, en mujeres que no tienen deseos de ser madres); no sólo por los cambios en la vida sexual que la menopausia implica, sino, creo yo modestamente, por la falta de información, por el tabú y estigmatización implicados en ese estado.
Hay un sistema d esalud y de laboratoios médicos que pueden brindarnos alivios desde las terapias d ereemplazo hormonal, desde la homeopatía, desde la alimentación, desde los juguetes sexuales. Pero hay poca palabra, hay me parece poco cuidado de nuestras psiquis...
Creo que las mujeres  tendríamos que relajarnos un poco y poder empezar a hablar de este tema entre nosotras, es posible que descubramos que así como no hay un modo único ni uniforme de "ser mujer", la mediación de la palabra y la construcción de un léxico común, nos permitiría empatizar con otras pares y descubrir algunas formas cómicas, cómodos y más felices de tramitar esta etapa de tan profundos cambios.
Me gsuta pensar que este espacio se podrá ir construyendo con ustedes, sumando voces, sumando verbalizaciones a todo eso que está ahí y nos cuesta nombrar.
No sé si la palabra cura, pero estoy convencida que hablar del tema ayudará atraversar la pérdida de hormonas, la baja del deseo sexual,  los síntomas como calores, y otras cuestiones que muchas mujeres padecen durante el climaterio de una forma menos violenta, e incluso, nos permitirá usar algunos recursos de eso que no nos dan los médicos, sino las amigas, las pares.
Somos al fin y al cabo parientes de las mariposas, así que una vez pasada esta nueva mutación, dejaremos atrás la crisálida para renacer con nuevas alas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario