sábado, 18 de junio de 2016

¿Nido vacío?

"El alejamiento de los hijos provoca en los dos  adultosas pulsiones de institnto de muerte difíciles de soportar", sostiene la psicoanalista francesa Francoise Dolto en Lo femenino (1998), y sigue: "es preciso pues que las mujeres, juntas, se ayuden mutuamente a pasar la prueba -las que la han pasado ayudando a las que no lo han hecho todavía". (Dolto, F, 2000: 32)

Mujeres y semblantes: perspectiva psi

Desde el psicoanálisis Colette Soler nos dice que los semblantes femeninos "que se dibujan en las máscaras" (Soler, C, 2015: 11) actuales no son los mismos con los cuales se criaron nuestras madres y abuelas, y mucho menos, las histéricas que trataba Freud.
"la mujer fatal de la bella época hollywoodiana ha sido reemplazada por las top models de mirada vacía."

Entonces, las relaciones entre los sexos se fundan en nuevos semblantes, donde no sólo el goce se ha legitimado, sino que la satsifacción sexual aparece como una exigencia".

Ya no es Freud, destinando a la mujer a satisfacerse siendo madre de su hijo, e incluso de su pareja, (su marido, por entonces).
La vida amorosa se ha degradado, nos dice Soler, hemos sido "liberadas de la única opción del matrimonio" y muchas mujeres hoy aman por un lado (a su pareja, a sus hijos), y el deseo y el goce por otro.
Sin embargo, aparecen dudas similares a las de la obsesión, según esta autora. Dudas frente a las decisiones fundamentales, "sobre todo en el amor". (2015:12).
El discurso capitalista nos aliena, nos ata a la trama de maquinaria productiva...
Ya viviendo la menopausia, no podemos producir hijos, pero eso no significa que no podamos amar y sentir placer, siempre y cuando nos pemritamos anudar ese goce al deseo, y no a la exigencia.
La exigencia de este discurso que anuda el goce a nuestra eficacia como instrumentos, nos somete : somos máquinas que funcionamos "[...] a fuerza de dietas, ejercicios, ciugías plásticas correctoras, implatación de prótesis, cosmética. El cuerpo es parte del capital y el capital, sabemos, se sustrae al goce. El amor pierde y de él se habla cada vez más en términos del tener: 'se calculan anticipadamente las pérdidas y las ganancias y la legislación ratifica. [...]".


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Cambios en el metabolismo


Frases que escucho:
" me está viniendo cada vez más espaciado, lo que sí te puedo decir es que engordé como 10 kilos"
"Desde que ya no me viene, me cuesta muchísimo adelgazar. Como una lechuga y engordo"
"Antes hacía dieta dos semanas y bajaba, ahora por más dieta, gimnasia y esfuerzos que haga, no bajo nada".
"No me animo a coger con el flaco porque tengo terror de que me vea con esta panza".
"No me entra ni un pantalón, y eso que me la paso comiendo lechuga".
"No me animo a dejar de fumar porque encima de los calores y los humores, voy a engordar el doble, como le pasó a una amiga"
"La tengo reseca, incluso aunque esté excitada"
"En la mesa de luz antes tenía forros, ahora tengo cremas lubricantes".
"Tengo la piel horrible, es la falta de hormonas".
"En mi casa menstruan las nenas solamente"
"Lo bueno es que ahorro en tampones"
"Una amiga de sesena y pico me dijo que esto pasará, que volvés a desear, y me recomendó unos óvulos".
"¡Y pensar que me hacía mala sangre por las cicatrices de la cesárea! ¡No sabés el desastre que me dejaron después de la mastectomía!"
"Me mutilaron: no tengo útero, ni ovarios"
"Cuando dicen que fulana tiene los ovarios bien puestos me pongo a llorar...."
"Lo peor no es lo hormonal, sino que te empiezan a doler las articulaciones"
"Un pelotudo de esos que te gritan malco habitualmente me gritó como insulto: acelerá menopáusica!'".
"Lo bueno es que ya no tengo que cuidarme de quedar embarazada"
"Nunca la pasé tan bien en la cama"

Hablemos de hormonas y menopausia

Hoy en día casi ningún tema vinculado al cuerpo y la psiquis de las personas pareciera ser tabú. Sin embargo, muchas mujeres hablamos y sabemos poco de la menopausia, solemos sorprendernos ante los primeros síntomas, nos sentimos desvalorizadas cuando entramos en esta etapa.
Hemos aprendido a hablar sin avergonzarnos acerca de nuestra sexualidad, del deseo, de los gustos y placeres sexuales.
Sin embargo, en una sociedad dominada por el discurso médico y el discurso del capitalismo, el cuerpo femenino se ha convertido en muchos casos en un territorio hegemonizado por éstos y también por el discurso de la ciencia, y muchas personas experimentan una sensación de alienación, de extrañamiento frente a sus propios síntomas corporales.
Cada vez escucho más y más relatos de mujeres que entran en la menopausia de manera "prematura", al menos, según la estadística de la OMS y otras instituciones legitimantes de la norma.
Sabemos que no somos hormonas, no estamos determinadas por el orden biológico, sabemos que somos seres de la lengua y la cultura, pero a la vez, nos cuesta decodificar el lenguaje del cuerpo.
Como ocurre cuando nos toca experimentar algo nuevo, con una sensibilidad agudizada, comenzamos a escuchar y algunas, a padecer, toda clase chistes machistas, destratos en los ámbitos médicos, problemas con nuestras parejas, y una sensación de soledad, en algunos casos, que puede llevar a estados de profunda angustia.

Al parecer, cuestiones ambientales y las características estresantes de la vida actual impacta también en muchas mujeres y en la salud, y la menopausia aparece en torno a los cuarenta con más frecuencia de lo que suponemos.

A su vez, histeroctomías (cirugía de extirpación del útero, que es complet cuando implica también los ovarios); cambios hormonales abruptos, cáncer, abortos involuntarios reiterados, partos que derivan en hemorragias u otras compliciones, celiaquía y muchas otras enfermedades favorecen que el climaterio aparezca en mujeres jóvenes, activas, en plena edad fértil, causándoles una profunda herida narcisista.
No sólo por la pérdida que implica en la vida psíquica el fin de la fertilidad (incluso, en mujeres que no tienen deseos de ser madres); no sólo por los cambios en la vida sexual que la menopausia implica, sino, creo yo modestamente, por la falta de información, por el tabú y estigmatización implicados en ese estado.
Hay un sistema d esalud y de laboratoios médicos que pueden brindarnos alivios desde las terapias d ereemplazo hormonal, desde la homeopatía, desde la alimentación, desde los juguetes sexuales. Pero hay poca palabra, hay me parece poco cuidado de nuestras psiquis...
Creo que las mujeres  tendríamos que relajarnos un poco y poder empezar a hablar de este tema entre nosotras, es posible que descubramos que así como no hay un modo único ni uniforme de "ser mujer", la mediación de la palabra y la construcción de un léxico común, nos permitiría empatizar con otras pares y descubrir algunas formas cómicas, cómodos y más felices de tramitar esta etapa de tan profundos cambios.
Me gsuta pensar que este espacio se podrá ir construyendo con ustedes, sumando voces, sumando verbalizaciones a todo eso que está ahí y nos cuesta nombrar.
No sé si la palabra cura, pero estoy convencida que hablar del tema ayudará atraversar la pérdida de hormonas, la baja del deseo sexual,  los síntomas como calores, y otras cuestiones que muchas mujeres padecen durante el climaterio de una forma menos violenta, e incluso, nos permitirá usar algunos recursos de eso que no nos dan los médicos, sino las amigas, las pares.
Somos al fin y al cabo parientes de las mariposas, así que una vez pasada esta nueva mutación, dejaremos atrás la crisálida para renacer con nuevas alas.

Definición y etimología


menopausia (según la Real Academia Española)

Del gr. μήν, μηνός mḗn, mēnós 'mes' y παῦσις paûsis 'cesación'.
1. f. Cese natural y permanente de la menstruación.

2. f. Período de la vida de una mujer en que se experimenta la menopausia.


etimología 

Del griego antiguo μήν (mēn, "mes") y παῦσις (pausis, "cese").